La
imagen de la Virgen de la Esperanza
es una pequeña talla románica (siglo XI) de una Virgen entronizada con el Niño
en el regazo, de apenas 50 cm. de alto. A finales del siglo XVI o principios
del XVII fue transformada en imagen vestidera, desplazando al Niño a su costado
izquierdo para que fuese visible sobre el ropaje. La talla ha sido restaurada
en 2007 en el Centro de Restauración de Castilla-La Mancha, recuperando su
apariencia original.
Actualmente
se la puede venerar medio año sin mantos
(Noviembre a Abril) y medio año con sus
mantos (Mayo a Octubre).
Hasta
el siglo XVII esa talla románica que se venera en la Iglesia por aquel entonces de S.Cebrian, se la denomina
“Ntra. Sra. del Destierro, Ya en 1676 aparece en su libro de
cofradías con el título de “Virgen de la Esperanza”, compitiendo en su devoción
con otras tres que había entonces en la ciudad: la de San Justo y Pastor, la de
San Vicente y, la más prestigiosa de todas, la de San Lucas, famosa por el
“Milagro de la Salve”, donde eran cófrades la mayoría de los artistas toledanos
y muchos personajes ilustres.
Seguramente
la gran devoción existente en Toledo a la Virgen de la Esperanza derivara de la
creación de su fiesta, como se acordó en el X Concilio de Toledo (656),
atendiendo a la propuesta de San Eugenio y San Ildefonso. Los prelados
toledanos no consideraban adecuado celebrar la fiesta de la Anunciación el 25
de marzo, y a fin de evitar los inconvenientes de celebrar esta fiesta cuando
coincidía con la Cuaresma o la Semana Santa, se fijó para su celebración el 18
de diciembre, ocho días antes de la Navidad, por lo que desde muy pronto se
llamó de la “Expectación del Parto”. El Oficio de la misa le compuso “la
elegante pluma de San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, defendiendo su Virginidad
en gracia, contra el Hereje Helbidio, y confirmó esta Festividad
la misma Virgen María, cuando descendiendo de la Gloria, le vistió aquella
hermosa Casulla; y en honor de su pureza, instituyó San Ildefonso la Fiesta de
la Expectación de
esta Señora.”Efectivamente, en el Acta Sanctorum
de San Ildefonso se relata que la imposición de la casulla a San Ildefonso de
manos de la Virgen, acaeció una víspera de la fiesta de la Expectación, cuando el arzobispo
acudía a celebrarla acompañado de Recesvinto. Quizás
también por este motivo, la Virgen de la Esperanza, patrona de Logroño, lleva
el sobre título de “la Toledana”.
Esta
imagen tiene el privilegio de haber sido coronada canónicamente en solemne
ceremonia celebrada en la Plaza de Zocodover el 8 de junio de 1952. Una vez autorizada
por el Vaticano la solicitud del cardenal Pla y Deniel, Se emitió un
decreto por la patriarcal basílica vaticana firmado por el famoso Cardenal
Tedeschini. Se llevó
a cabo un “Programa de solemnes cultos y novena” entre el 2 y el 11. El día 3 la Virgen fue llevada en procesión a la iglesia de
San Ildefonso, donde durante varios días se hicieron solemnes misas y otros
actos religiosos. El día 7 fue trasladada a la catedral, donde al día siguiente
se celebró Misa de Pontifical, y luego fue llevada en procesión a la plaza de
Zocodover para su coronación canónica en una gran tribuna ubicada bajo el Arco
de la Sangre; una esplendida ceremonia acompañada de mas diez mil personas que llenaban
a rebosar la plaza de Zocodover, parte
de la Calle Ancha y toda la Cuesta de Carlos V, la calle de las Armas. El Sr
Alcalde de la ciudad entregó la corona al Sr. Cardenal Pla y Deniel, quien la
coronó ante el júbilo de los asistentes y un mar de pañuelos que se agitaban
como signo de alegría. una gran muchedumbre, salvas de artillería,
vuelo de palomas mensajeras y lluvia de flores. Hubo una circunstancia que no podemos callar: en el
mismo momento en que su Eminencia colocaba la corona sobre la pequeña cabecita
de la Virgen, apareció en el sol un halo luminoso, un círculo grande, de color anaranjado,
un disco que envolvía el sol. Aquella coronación fue, como dijo un cronista de
entonces, triple:
La corona de metales preciosos y pedrería sobre su
cabeza,
La corona de la devoción, de las oraciones y de la
piedad de sus fieles, y
La corona que se dibujó en el cielo.
Lo vieron miles de fieles, de los cuales hoy todavía
viven muchos y pueden dar fe al que esto escribe. No fue una alucinación, ni
una visión, ni un invento, pues han transcurrido solamente cincuenta años y
está vivo el ¿milagro? o fenómeno que se dio curiosamente en aquella
circunstancia.
La Presidencia del Gobierno Español, concedió a la
Virgen de la Esperanza los máximos honores militares, con las salvas de
ordenanza. Asistió el Ayuntamiento en pleno, así como representaciones de muchos
pueblos de la comarca toledana vestidos con sus trajes regionales. Solamente de
Bargas vinieron sesenta mujeres ataviadas de bargueñas que pusieron una nota de
tipismo y alegría.
Finalizada la ceremonia. La
virgen fue trasladada de nuevo a San Cipriano donde se la ofició una novena.
Los actos concluyeron con una misa cantada el día 11. Hay una placa cerámica
conmemora de la ceremonia junto al retablo de San Cipriano.

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